Teatro APOLO

A fines del siglo XIX, el Apolo era un teatro de sainete, donde se representaban obras de Roberto Payró, y de la compañía de los Podestá. En 1958, quisieron demolerlo para, pero un comité de resistencia tomó la sala. Se armó un movimiento que frenó la piqueta y logró que el Congreso aprobara una ley que prohíbe demoler un teatro, a menos que sea para levantar otro. Eso pasó con el Apolo: en los 60 lo tiraron abajo para hacer una galería comercial, con un teatro adentro. En 1966, lo reabrió la cooperativa "Nuevo Teatro", integrada por Alejandra Boero, Rubens Correa, Héctor Alterio y Enrique Pinti, entre otros. Y en los 80, lo refundaron como cine-teatro Lorange, que cerró en agosto de 2008. Su nueva reapertura surgió como una sorpresa de tres hijos para su mamá, Isabel Majdalani. Aunque es pintora, en 2006 Isabel se probó como productora teatral con la obra "Jack el destripador", de Juan Rodó. Y le gustó. "El año pasado, mamá cumplió 60 y, como regalo, pensé en alquilar una sala para ella –cuenta su hijo, Gonzalo Almada–. Mis hermanas, Natalia y Florencia, estuvieron de acuerdo. Carlos Rottemberg quería vender el Lorange, pero no podíamos comprarlo. Entonces le contamos la idea a mamá, que se entusiasmó". "El mejor regalo fue enterarme de la intención de mis hijos", dice ella. En octubre, empezaron la remodelación. Renovaron las butacas, el telón, el sonido, la iluminación y los camarines. Y le devolvieron al teatro el nombre de Apolo, que renacerá el lunes a las 19. Su padrino será Alfredo Alcón, que el 5 de agosto allí estrenará Rey Lear, producida por Pablo Kompel y Adrián Suar.