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17.07.09 La Nación

Se encienden las marquesinas

Tras 10 días de veda, empresarios y actores de la escena comercial anunciaron la vuelta al teatro

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Ayer al mediodía, en el Maipo, los empresarios teatrales de la escena comercial dieron por finalizada la autoimpuesta veda de telones caídos y anunciaron el retorno a las tablas frente a unas catorce cámaras de televisión, junto a más de 50 actores en escena, un monólogo (el de Enrique Pinti), rodeados de innumerables agentes de prensa y acompañados por un ministro (Hernán Lombardi). Todo con un cauteloso entusiasmo, ya que aún es demasiado pronto para evaluar las consecuencias que el brote de la gripe dejará en la actividad.

"Nosotros no somos suicidas. Acá no se trata de un montón de gente inmune que dice: «Chicos, vengan a divertirse que acá no pasa nada». No. Nosotros también somos de carne y hueso (algunos, más carne que hueso). Nosotros también somos personas que nos podemos agarrar una enfermedad. Por lo tanto, lo que le pedimos al público es que, si alguien tiene 38 grados de fiebre, no venga. Eso vale para nosotros, también: si estás hecho mierda, no vengas, porque el espectáculo no «debe» continuar, y disculpen los empresarios porque es una frase ingeniosa que se la pueden meter en el culo; el espectáculo «puede» continuar", dijo Pinti, y Guillermo Francella, Adrián Suar, Tristán, Carmen Barbieri, Alejandra Flechner, Juan Leyrado, Angel Mahler, Hugo Arana y Miguel Angel Cherutti, entre tantos otros, lo aplaudieron a rabiar.

Por ahora, el temor del público está dejando su huella. Carlos Rottemberg, presidente de la entidad que reúne a los empresarios, reconoce que el comienzo de la venta de entradas fue malo. "Hay que esperar", agrega, como para no alentar títulos fatalistas. Lo mismo sucedió en Ciudad de México. Otro productor, acota: "Los que hipotecaron sus casas para hacer un espectáculo infantil sí que la tienen fulera". Lombardi recuerda que nunca hubo motivos sanitarios para cerrar las salas. A lo sumo, cerró las del gobierno porteño para "acompañar al resto". Claro que otra parte de ese resto, la escena alternativa, continuó en actividad.

"Vamos a seguir laburando porque es lo que sabemos hacer", agregó el señor de los monólogos. Después de 10 días, la escena porteña casi en su conjunto (el Cervantes sigue cerrado) reanuda su marcha entre dramas, concheros, monólogos, comedias y trabajos de experimentación a la espera del aplauso del público.