En 1886, la ciudad de Buenos Aires cuenta con unas diez salas de teatro a las que se suma la construcción del Teatro Apolo. Con una platea de veinte filas, mas setenta y dos palcos, se levanta sobre el actual n.º 1382 de la calle Corrientes, todavía angosta, entre Uruguay y Talcahuano.
En marzo de 1892 inaugura el Teatro Apolo. En su función inaugural, a beneficio de las damas de caridad, se presenta la comedia en tres actos "Divorciémonos", interpretada por la compañía de la española Concepción Aranaz. Desde ese momento, sus tablas no dejan de recibir a compañías e intérpretes de todos los géneros; desde comedia hasta drama, pasando por espectáculos musicales, bailes, y hasta contrapuntos de payadores.
La lista de autores, actores, directores, músicos y cantantes vinculados con el Apolo, es interminable: Los hermanos Podestá, Guillermo Battaglia, Enrique Serrano, Olinda Bozán, los hermanos Ratti, Roberto Casaux, Andrés Chazarreta, Horacio Quiroga, Roberto Payró, Alberto Vaccarezza, Luis Arata, Lola Membrives, Carlos Gardel, Enrique Santos Discépolo, Tita Merello, Leonor Rinaldi, Miguel Ligero, Francisco Petrone, Eloísa Cañizares, Delfy de Ortega, Tito Lusiardo, Perla Santalla, Paulina Singerman, Abel Santacruz.
El Teatro Apolo, cerrado, está a punto de ser demolido para construir un edificio y una galería comercial. La comunidad teatral se moviliza, y con la presencia y acción de Mario Lozano, Roberto Escalada, Narciso Ibañez Menta, Milagros de la Vega, Luisa Vehil, Luis Arata, Mecha Ortiz y Francisco Petrone, entre otros, organizan protestas y marchas. Finalmente se entrevistan con el entonces presidente Arturo Frondizi, quien les promete tratar el tema en las sesiones extraordinarias del Congreso Nacional.
El resultado es la sanción de la Ley Nacional 14.800, de 1959, por la que se establece que, en caso de demolición de salas teatrales, el propietario deberá construir en el nuevo edificio, un ambiente teatral de características similares a la sala demolida. El éxito de la movilización fue un aporte fundamental para el teatro argentino.
Finalmente se demuele el Teatro Apolo pero, gracias a la ley, se logra que en su lugar se construya un nuevo espacio teatral.
El Teatro es adquirido por la compañía "Nuevo Teatro", encabezada por Alejandra Boero, Pedro Asquini y Jorge Hacker; cooperativa de trabajo que termina de equiparlo.
Así, con el nombre de "Nuevo Teatro Apolo", se convierte en uno de los referentes de la renovación de la escena argentina. Por allí pasan, entre otros, Héctor Alterio, Rubens Correa, Lucrecia Capello, Enrique Pinti.
En los años setenta, con apremios económicos, la compañía se ve obligada a venderlo. Convertido en el Cine-Teatro Lorange, pasa por varios dueños.
Con el impulso y el apoyo de sus hijos, Isabel Majdalani, artista plástica y productora teatral, se convierte en la nueva dueña. El resurgimiento del teatro, rebautizado con su antiguo nombre, Apolo, pasa a ser un proyecto familiar.
A lo largo de meses de intensísimo trabajo, van reconstruyendo las instalaciones, y remodelando las ocho plantas del edificio, así como la entrada de la galería.
Alfombras nuevas en las paredes, butacas retapizadas, recuperación del piso de madera original. También, camarines reacondicionados con las mayores comodidades, así como equipos de sonido y de iluminación de primera línea. Se aumentan el tamaño del proscenio y la altura del escenario, los discos giratorios vuelven a funcionar, se cambia el telón, se reemplaza la cámara negra.
La visión de Isabel Majdalani y su familia, ya es una realidad. Finalmente, el Teatro Apolo continúa su historia centenaria. Con un lugar de privilegio entre las salas de Buenos Aires, empieza su nueva etapa con todo, tal como corresponde a su historia: Con la puesta del Rey Lear, protagonizada por Alfredo Alcón, acompañado por Joaquín Furriel, Juan Gil Navarro y Roberto Carnaghi, con la dirección de Rubén Szuchmacher, y la producción de Pablo Kompel y Adrián Suar.
Evento por los 10 años de la reapertura
Video proyectado durante la ceremonia de reapertura del Teatro
Obras de remodelación del Teatro previas a su reapertura
En Julio de 2009 el Teatro reabre sus puertas de la mano de su padrino: Alfredo Alcón.
Video proyectado durante la ceremonia de reapertura del Teatro
La historia del Teatro Apolo se remonta al año 1886, cuando con una platea de veinte filas, mas setenta y dos palcos, se levanta sobre la calle Corrientes, todavía angosta, entre Uruguay y Talcahuano.